La importancia de resolver los pequeños problemas - Eki - asesoría
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La importancia de resolver los pequeños problemas

Debemos conocer el gran impacto que tiene en nuestra vida resolver los pequeños problemas que tenemos en el presente..

Pensamos que a lo que nos debemos dedicar es a los grandes problemas que nos secuestran la vida e ignoramos los menores. Y no nos damos cuenta de la gran importancia que tendrá en el futuro resolver hoy esos pequeños problemas.

Lo que ocurre es que estos pequeños problemas que no se resuelven de una vez por todas, van creciendo día a día y finalmente se convierten en grandes problemas.

Si nos centramos día a día en resolver los pequeños problemas y resolverlos cuando todavía lo son estamos trabajando ahora por que el futuro sea mejor y crearnos una mentalidad más asertiva y proactiva: nos centramos en buscar, detectar y resolver los pequeños problemas y se impide que crezcan. ¿Te acuerdas del principito y los baobabs? Había que arrancar la brizna de hierba cuando era pequeña porque si crecía, se convertía en un baobab que arrasaría con el pequeño planeta del principito. Pues nosotros igual, convirtámonos en jardineros de nuestro planeta, de nuestra vida.

¿Cómo resolver los pequeños problemas?

Unos consejos para emprender esta búsqueda del pequeño problema, oculto en el día a día como un pequeño tallo de baobab:

1.- Recordar errores pasados.

1.- Recuerda un gran error de tu pasado, algo doloroso que lamentas haber hecho: una elección, una discusión, una relación… lo que realmente te duela al rememorarlo.

– Recuerda las razones que te llevaron a cometerlo.

– Recuerda la situación concreta: las personas involucradas y el lugar donde estabas.

– Recuerda a todo y todos a los que culpas de tu error.

Ahora recuerda la situación antes de cometer el error (ahora que sabes que fue un error). Recuerda qué o quién te advirtió que iba a serlo:

– ¿Hiciste caso a estas señales?

– ¿Aceptaste algún consejo?

– ¿Viste estos signos o no fuiste siquiera consciente de ellos?

Al rememorar estos momentos podrás ver con más perspectiva y observar cómo un pequeño problema se convierte en un error y en un gran problema.

2.- Identifica errores recientes.

2.- Identifica un pequeño error que cometiste recientemente. Piensa cómo las consecuencias de este pequeño error puede convertirse en un gran problema en el futuro. Por ejemplo, te olvidaste las llaves en casa al salir deprisa.

– ¿Es una señal de que estás realizando varias cosas a la vez?

– ¿Te puede querer decir que estás viviendo con demasiado estrés?

– ¿No te estás dando suficiente tiempo para empezar una mañana tranquila?

No se trata de criticarte ni de castigarte. El Kaizen se trata de entrenar la mente para identificar estos pequños problemas con tiempo para corregirlos.

3.- Pregunta a tu entorno, sé valiente.

3.- ¿Cuál de tus hábitos personales irritan a las personas que te rodean?

Una forma de ver nuestros errores es verlos por los ojos de los demás. Nosotros tenemos un punto ciego desde el que no podemos vernos porque no somos conscientes de lo que hacemos de forma automática.

Las personas que nos rodean reaccionan a estos errores pero nosotros tendemos a ignorar porque nos los hacen ver de forma educada, con suavidad, con cariño. Y así nos es fácil no prestar atención. Pero ahora es el momento de hacer caso a estas señales.

Date tiempo para escuchar algunos de los comentarios que te hacen (céntrate en los allegados por acotar, no hay que hacer caso a todo el mundo) y piensa en si pueden tener razón y así podrás conocer cómo te ven las otras personas de tu entorno.

Por ejemplo, puedes recibir de tu pareja el comentario de “es que nunca me escuchas”, que se hace en tono jocoso y hasta cariñoso y queda como una broma. Párate a pensar en que puede ser verdad y préstate atención a cómo actúas ante una explicación de tu pareja. ¿Realmente estabas prestando atención a todo lo que decía? ¿Recuerdas lo que te contó hace unos días de un problema en el trabajo? ¿Le has preguntado cómo se resolvió?

4.- Aplica el kaizen.

4.- Aplicamos el método Kaizen para resolver el problema.

Ya tenemos identificados unos cuantos problemas pequeños que nos suceden a diario. Ahora debemos aplicar el método Kaizen para resolverlos, de uno en uno. Recuerda que el kaizen es dar pequeños pasos hacia la resolución, no todo a la vez.

Si te olvidas de objetos personales por las mañanas porque andas a la carrera para salir de casa, plantéate levantarte media hora antes e ir a dormir también antes, claro.

O puedes dejar todo preparado la noche anterior para que no tengas que buscar las cosas por la mañana.

Una pequeña acción que seguro cambiará el resultado. Y no te olvides de lo más importante: compensarte por el esfuerzo. Un pequeño premio o recompensa al final de la semana te puede animar a seguir por este camino. Un helado, una hora de masaje, una cena rica… el premio te lo pones tú y tú mejor que nadie sabes lo que te gusta. Nada le gusta más a tu mente que los premios y recompensas y dárselos de forma continuada es la mejor manera de seguir adelante con el plan de acción para lograr tu objetivo.

Esta es la esencia del kaizen, ir paso a paso y de forma continuada, sin grandes movimientos pero sí continuados. Y estas pequeñas victorias se convierten en grandes victorias.



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