11 Oct Sabes cómo accedes a la realidad

La realidad es inmensa, la información que se genera a cada segundo es muchísima, pero nosotros no podemos acceder a toda ella de forma consciente. No podemos ser conscientes de todo lo que está pasando en este mismo instante, pero sin embargo, esa información está ocurriendo y tus sentidos lo están registrando, aunque vaya todo a archivarse en la mente inconsciente. Ahora bien, si sabes cómo accedes a la realidad tendrás más facilidad para entender lo que te ocurre, para comunicarte con los demás, porque sabes cuál es tu sistema de acceso y también puedes saber cuál es el de los demás.

La información de la realidad en que nos movemos entra en nosotros por unas vías muy concretas: por los sentidos. Podemos ver, oír, tocar, sentir,,, y es de esta manera como conocemos el mundo que nos rodea. Es nuestra conexión con los demás y a veces se queda corta. Debemos saber que lo que vemos no suele ser toda la realidad, lo que oímos es parte de lo que ocurre y las sensaciones son diferentes en cada persona. Y además tenemos un canal más desarrollado de los demás, por lo que yo puedo estar percibiendo la misma realidad de una forma diferente que el que está a mi lado.

Esto se ha explicado en PNL (Programación Neurolingüística) como los SISTEMAS REPRESENTACIONALES.

Los sistemas representacionales son tres: el Visual, el Auditivo y el Kinestésico.

El funcionamiento es muy sencillo y lo verás fácilmente con un ejemplo. Imagina que hay tres personas cada una con un sistema representaciones dominante y están en una clase. ¿Cómo aprendería mejor cada una?

OJO es la persona visual accederá a la información por la vista, necesita esquemas, colores, flechas, es la reina del Visual Thinking.

OÍDO es un auditivo y solo ve unos monigotes pintados, lo que quiere es que se lo expliquen, le cuenten cómo es, le encantan los audioibros, los podcasts y se lo aprende todo de memoria sin problemas.

TACTO necesita sentir lo que le cuentan, lo ve, lo oye pero lo que realmente le llega es lo que le impacta físicamente. Un ejemplo, una maqueta, un ejercicio práctico, lo que sea que se pueda tocar, oler, sentir..

En los tres casos la clase es la misma, pero cada uno la recibirá de una forma diferente. Y, claro, dependiendo del sistema de la persona que la está dando, será una clase fantástica o será algo incomprensible. Una persona auditiva hablará, se enrollará, contará anécdotas, ejemplos y para un visual esto será una tortura porque necesita un esquema, para entender el conjunto, y se pierde cuando alguien ser va por las ramas.

La utilidad de saber cuál es mi sistema de acceso a la realidad y el de los demás.

Si vas a tratar con mucha gente diferente, en una clase, un taller o un equipo de trabajo ten en cuenta los sistemas representacionales para poder transmitir tu mensaje a todos ellos. Utiliza ejemplos, cuenta anécdotas, traza esquemas, y así tendrás la seguridad de que estas llegando a todas las personas que te escuchan. Hay muchas técnicas, juegos o test para descubrir cuál es tu sistema representaciones dominante, aunque el más fácil es escucharte las palabras que utilizas para explicar algo; fíjate si usas por ejemplo «esto me da mala sensación» o dices «no lo veo» o dices «me suena fatal». Esto te puede dar una pista sobre tu sistema representacional.

Y para terminar, un ejemplo de que las apariencias nos engañan y hay que ir más allá de la primera impresión. Esta imagen creada por Phillippe G. Schyns y Aude Oliva de la Universidad de Glasgow. Mírala desde donde estás frente a tu ordenador y fíjate quién está a la izquierda (enfadada) y a la derecha (sonriente). Si te levantas y te sitúas tres o cuatro metros hacia atrás, y miras la pantalla, verás que las apariencias engañan y tus sentidos puede que también…. a veces.